NoticiasHistoria CruzadaPerfiles

Mauricio Zenteno: el defensor que lideró la zaga de Pellicer y que encontró su lugar en Iquique

El defensor se forjó en el corazón del fútbol formativo de Universidad Católica. A los 15 años dejó su natal Región del Maule para sumarse a las divisiones menores de la UC, iniciando un camino silencioso pero persistente que lo llevaría a consolidarse como defensor profesional.

Mauricio Alejandro Zenteno Morales llegó al club en el año 2000, tras ser descubierto mientras jugaba en el club Oscar Bonilla. Desde entonces, su ascenso fue constante: con apenas 16 años ya defendía a la Sub 19, y en 2003 fue promovido al primer equipo.

Rápido, aplicado y de gran capacidad táctica, Zenteno se ganó la confianza del cuerpo técnico en un período de transición para los cruzados. Su punto más alto llegó en el Torneo de Clausura 2005, cuando fue titular como líbero en el esquema de Jorge Pellicer y parte del equipo que levantó el título nacional tras una dramática definición a penales ante Universidad de Chile. Tenía apenas 20 años, pero ya demostraba una madurez poco común para su edad.

Durante sus seis temporadas en el primer equipo cruzado, Zenteno fue sinónimo de fiabilidad. Nunca tuvo el perfil más mediático, pero sí cumplía con lo que todo técnico valoraba: orden, concentración y entrega. En total, estuvo diez años ligado a Católica, incluyendo su paso por inferiores, y disputó más de 60 partidos oficiales. Fue también en esta etapa que se ganó un lugar en la Roja, donde sumó 11 partidos entre 2006 y 2007.

En una entrevista concedida a La Tercera, años después, el propio Zenteno reconocía el peso de su historia en la Franja: “Estuve 10 años ahí, llegué a los 15 y me formaron como jugador y como persona”. Sin embargo, también reconocía que en clubes como Deportes Iquique, donde jugó desde 2012, encontró un protagonismo que no siempre sintió en la UC.

Su paso por San Carlos de Apoquindo fue fundamental para su desarrollo profesional. Aun así, fue en Deportes Iquique donde Zenteno dejó una huella imborrable. Con más de 200 partidos oficiales defendiendo la camiseta celeste, se consolidó como uno de los referentes históricos del club en el siglo. Su liderazgo silencioso, regularidad defensiva y compromiso con la institución lo convirtieron en un verdadero emblema para la hinchada iquiqueña, que aún lo recuerda como uno de los pilares de las mejores campañas del equipo en Primera División.