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[Crónica] Tetracampeonato

En un Sausalito teñido de azul y blanco se vivió una jornada que quedará en la memoria de todos los cruzados. Ni el intenso calor, ni el hecho de ver visitantes, espantaron a los que viajaron kilómetros para vivir la fiesta. Muchos dentro, otros afuera, el ambiente se vivió desde temprano en Viña del Mar. Un sábado de ganadores inundó la Quinta Región.

A las 17:53 empezó el “¡Sale Campeón!” Ni el hecho de que faltaran siete minutos quitaba la ansiedad de este 4 de diciembre histórico. Un “Ceatolei” calmó los ánimos, acto seguido, el estadio se vino abajo pidiendo la salida del equipo. Desde ese instante, nos dimos cuenta de que nada podía salir mal. Papel picado, algunos petardos y muchos aplausos. A falta de cuatro para el arranque saltó la Cato al terreno de juego. Saludo con los rivales y uniforme tradicional para los cruzados. Everton, por su lado, con la tradicional oro y cielo, pero con short blancos. 

Quien partió fue Zampedri, con un toque atrás, pasaditas las 18 horas. El duelo arrancó tenso y sin un dominador claro. De hecho la primera fue para el local, que estuvo a punto de aprovechar un yerro defensivo de Ignacio Saavedra, que con un mal control dejó mano a mano al delantero Cristian Cañozales con nuestro Zanahoria Pérez. El delantero cafetalero intentó con un globito y, por suerte para los más de diez mil cruzados apostados en Sausalito, se fue por un costado. 

La llegada descrita fue la única que hubo por largos pasajes del duelo. La UC intentó con un hábil y participativo Marcelino Núñez dominar el medio campo, también probó sacar ventaja con la velocidad de Clemente Montes. Si bien ninguno de los factores mencionados logró que Universidad Católica lograse marcar un sometimiento sostenido en la primera parte, si se veía con más intención de jugar que el alicaído Everton de Roberto Sensini.

En paralelo se disputaban otros tres partidos, y si bien ningún resultado debía preocupar a la UC, ya que dependía de sí misma, un considerable estruendo generó el gol de Antofagasta ante Colo Colo a los seis minutos de partido, porque con la derrota momentánea alba, incluso una caída podía coronar a la Franja. 

Pero a nadie le gusta despedirse perdiendo y a los 36’ llegó la ventaja. Un córner jugado por Luli Aued, muy cerrado al primer palo, fue enviado a su propia portería por Julio Barroso, que marcaba de cerca a Alfonso Parot, quién celebró la conquista como propia. Explosión en Sausalito y sabor a título. “¡Campeón pronto seremos!” hacía eco en el reducto de la ciudad jardín.

Tras la anotación, la Cato se prendió e intentó aumentar. Dos balones detenidos de Marcelino y una pirueta de Zampedri lograron que el “Uhhhh” saliese de las gargantas. Sin embargo, por esta fracción el marcador no se movió más y cuando faltaban dos segundos para que se cumplieran los tres adicionados, el juez Julio Bascuñán hizo sonar el silbato. 1-0 al descanso.

Los quince minutos fueron un poco más largos de lo común. Quizás la ansiedad. Cuando arrancó la segunda parte pensamos “podría venirse un golsito pa’ matarlo”, y bueno. Un centro por la derecha de Marcelino fue cabeceado por un ruletero y casi gritamos el gol en contra, pero la sacaron de la línea, acto seguido, el rebote le cayó a uno de alma cruzada: Alfonso Parot, que le pegó con el pie propio, pero también el de los millones de cruzados que a lo largo del mundo seguían al partido en distintos contextos. Pelota al fondo de las mallas y explosión en Sausalito. Toda la banca se lanzó sobre el 24 y la euforia se apoderó de los hinchas.

En la vereda de enfrente no se rindieron. Cecilio Waterman se generó dos ocasiones prácticamente solo, pero no logró dar con el marco. La UC dominó lo restante con la parsimonia del campeón. Para los aplausos salió Luciano Aued. También ovacionado entró Diego Buonanotte. Desde el 2-0, todo fue fiesta en Viña del Mar. 

Pero toda torta tiene su guinda. El de pegada privilegiada, Felipe Gutiérrez, se quedó con un tiro libre recto al arco. Había ingresado hace un rato. Y al igual que el 2010, con un remate de fuera del área selló el campeonato. Esquinado balón detenido que dejó quito a Torgnascioli para el 3-0 definitivo.

Lo que pasara en otras canchas da lo mismo, porque Universidad Católica hizo la tarea y sus hinchas le respondieron. Más de alguno se emocionó cuando a los 81’ la barra comenzó a corear “¡Tetracampeón!” al unísono. Ya no había vuelta atrás. Otro que se llevó un canto propio fue el autor intelectual de la estrella: Cristian Paulucci, un hombre que logró levantar a un plantel que parecía que no lograría salir del mal momento.

Pitazo final y fiesta. Como ya nos hemos acostumbrado, la celebración partió a la galería donde la fiel hinchada cruzada cantó sin parar durante los noventa y tres minutos de duelo. Fuegos artificiales, abrazos por doquier en las tribunas, tres goles y una alegría inconmensurable. Así finalizó el largo y extenuante Campeonato Nacional 2021. 

¡Salud campeón! Una nueva estrella bajó del firmamento y se celebrara como corresponde. Por los que aguantaron siempre, en las buenas y en las malas, y por los que seguirán cuando esto acabe. ¡Vamos Católica!