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Daniel Óscar Garnero: el 10 del Rojo que busca su revancha en la UC

La UC enfrentará a Colo-Colo en una nueva edición del duelo que ya ha consolidado su fama como el “clásico moderno” del fútbol chileno. Asimismo, este encuentro será el segundo partido oficial con el transandino en la banca. Sin embargo, el estratega no es ajeno a lidiar eficientemente con la presión de un equipo o de una hinchada entera en momentos importantes. Para muestra de esto, en Frecuencia Cruzada, te contamos su historia. 

Los inicios de como jugador: el 10 del Rojo

Nacido el 1 de abril de 1969 en Lomas de Zamora, Daniel Garnero tuvo sus comienzos en el fútbol en un grande de Argentina: el Club Atlético Independiente. Un equipo al cual siempre fue cercano, ya que vivía en las proximidades de su estadio y realizaba en actividades escolares de educación física en las dependencias del Rojo, por lo que desarrolló un cariño y una añoranza por pisar su cancha como un futbolista profesional algún día.

Durante su adolescencia, acompañó a un grupo de amigos a un entrenamiento de las divisiones menores del equipo de Avellaneda. Instancia en la que, por una de esas casualidades de la vida, faltaba un jugador para llevar a cabo los trabajos correspondientes, así que los supervisores decidieron integrar a Garnero al trabajo de los juveniles, pero con una particularidad: el entrenamiento era de la clase de 1967 y el talentoso volante era de 1969.

Una diferencia de edad que molestó al jugador en su momento, pero que no le impidió dar todo de sí en la cancha para ganarse el visto bueno de los profesores y ser incluido en el equipo (esta vez en la categoría correcta). Sin embargo, un desafío considerablemente mayor lo esperaba en el profesionalismo: ponerse la camiseta con el dorsal “10” después del retiro de Ricardo Bochini.

Pese a la carga que significaba asumir esta responsabilidad, con las dudas de la hinchada por un nuevo “10” que ya cargaba con tanta historia, Garnero no se achicó y fue ese jugador distinto, con pases precisos en busca de una ocasión de gol y siendo un especialista de aparecer en momentos importantes, tales como el clásico ante Boca Juniors jugado en 1992 en el que hizo el solitario gol del triunfo para el cuadro de Avellaneda. Participó en la obtención de tres títulos para el rojo: el clausura de 1994, una Conmebol Recopa y dos Supercopas Sudamericanas.

Un paso breve por San Carlos de Apoquindo

El año era 1996, Universidad Católica pasaba por un momento complicado al seguir persiguiendo la copa del torneo nacional que parecía muy esquiva desde que el equipo logró su última estrella en 1987. A esto se le sumaba un duro golpe: Alberto Acosta y Néstor Gorosito dejaban el club para perseguir nuevos desafíos en el extranjero, por lo que la institución volcó sus esfuerzos durante aquel verano para traer refuerzos que pudieran reemplazar la calidad que había perdido el club con la salida de ambos nombres.

En enero del año 1996, la UC cerraba su mercado de fichajes con nombres como el brasileño Marco Antonio Lemes Tozze, mejor conocido como Caté, Aníbal González, y, por supuesto, Garnero.

Naturalmente, el argentino llegaba a reemplazar el vacío dejado por la ausencia del Pipo. Esto, sumado a las expectativas de sus hazañas en independiente, ponía las expectativas en un nivel estratosférico para el nuevo portador de la “10” en la UC.

Sin embargo, el jugador argentino no pudo cumplir con lo que se esperaba de él. Diversas lesiones y un rendimiento inferior a lo que mostró en Argentina fueron la tónica de los partidos que jugó en la temporada de 1996, en la que solo anotó un gol ante Coquimbo Unido en la última fecha. Posteriormente, Garnero se fue al club Toros Neza de México, donde estuvo un año para luego volver a su club formador, en el que anunció su retiro el año 2001.

El líder Garnero y su carrera como DT

Pese a los momentos de su carrera que quizás no fueron tan brillantes como esos años dorados iniciales en Independiente, la relación del trasandino con el fútbol estaba lejísimos de terminar. Y Muchos lo anticipaban, principalmente porque Daniel Garnero siempre estuvo muy presente en instancias del club de Avellaneda que no necesariamente estaban incluidas en sus obligaciones como futbolista, tales como la instrucción a los más jóvenes y la discusión por nuevos fichajes.

Esta participación del ya exjugador trasandino lo volvió parte del cuerpo técnico del Rojo, donde logró convertirse en entrenador asistente durante toda la temporada 2006. Los años subsiguientes estuvo en Estudiantes de La Plata y en Arsenal Futbol Club, desempeñando la misma labor hasta el año 2008, donde este último club le permitió dar el salto y convertirse en director técnico del primer equipo.

Al mando de Arsenal, logró levantar la Copa Suruga Bank, una competición que actualmente no existe, en la que se enfrentaban el campeón de la Copa Sudamericana y el de Japón. Posteriormente, volvió como director técnico al club de sus amores, aunque solo durante un breve periodo el año 2010. Después su salida, tuvo otros procesos en clubes como Banfield y San Martin. Sin embargo, su mayor éxito fue en el fútbol paraguayo.

El paso de Garnero por Paraguay fue un verdadero huracán. Ya que no solo logró ser campeón con tres clubes: Guaraní, Olimpia y Libertad. En los dos últimos fue multicampeón, logrando nada más ni nada menos que un tetracampeonato con Olimpia, junto con tres campeonatos alzados con Libertad. Tal fue el fervor por el estratega en aquella nación, que tomó el mando de la selección paraguaya a fines del año 2023, aunque sin mucho éxito, teniendo que renunciar tras ser eliminado de la Copa América de 2024.

Garnero vuelve a la UC como director técnico

Pese a los momentos en los que Garnero no pudo sacar el mejor rendimiento de una situación, la regularidad que ha logrado como director técnico en clubes de Paraguay, entendiendo a tres planteles distintos para llevarlos por la ruta de los campeones lo volvió una opción sumamente atractiva para Cruzados.

El exjugador vuelve en una nueva etapa, con grandes expectativas de lo que puede entregarle a un club que busca identidad para volver a sus años de gloria, en un líder ordenado, eficiente y que conoce sobre el buen fútbol.

Por Vicente Housset