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U. Católica 1-3 La Serena: la UC se ahoga en Santa Laura y se acabó la era Nunes

Universidad Católica volvió a perder. Y ya ni siquiera duele, porque se veía venir. Esta vez fue el elenco dirigido por Cristian Paulucci quien expuso las carencias de un equipo que no compite, no reacciona y parece haber bajado los brazos hace rato. Fue 3-1 en Independencia, marcador mentiroso si se considera lo visto en la cancha. El equipo de Tiago Nunes nunca estuvo cerca.

La UC no se encuentra. El espejismo del 6-0 a Everton quedó atrás como una broma cruel. Desde entonces, todo ha sido retroceso. Cuatro derrotas consecutivas, sin respuestas tácticas ni anímicas. El entrenador sigue sin encontrarle la vuelta, cambiando piezas y esquemas sin que nada funcione. Esta vez probó con Diego Corral y Juan Francisco Rossel desde el arranque. Resultado: otra vez superados por todos lados.

Deportes La Serena, recién ascendido, no necesitó hacer mucho. Jeisson Vargas fue figura, desbordó cada vez que quiso y marcó el 3-0 de penal. Antes, Gonzalo Jara, también formado en San Carlos de Apoquindo, aprovechó un error de Gary Medel para abrir la cuenta, y Felipe Chamorro peinó un centro para el segundo. Simple, directo y efectivo. Todo lo que Universidad Católica no es.

Mientras tanto, el equipo cruzado seguía en su espiral: sin conductor, sin profundidad, con un Zampedri cada vez más frustrado y desconectado del juego. Zuqui volvió a errar todos los balones detenidos, Rossel no logró hacer de enlace, y la banda izquierda fue una autopista para el rival.

En la banca, Nunes solo atinaba a hacer cambios sin rumbo. En la tribuna, la hinchada estallaba: cánticos contra la dirigencia, el cuerpo técnico y los jugadores. No es enojo, es acumulación. Tres años de promesas vacías, de procesos que fracasan, de planteles mal armados. La paciencia se acabó en la gente.

El gol de penal de Zampedri en los descuentos no maquilló nada. Sí acerca al Toro a las posiciones de avanzada a los máximos anotadores del campeonato. Pero no más que eso. Solo dejó en evidencia que ni siquiera en la derrota hay rebeldía. La UC se entrega ante el primer combo.

La sensación es que esto se acabó. Derrota con olor a fin de ciclo. Y mientras más se demore la dirigencia en asumirlo, más hondo será el pozo.