D. Limache 0-1 U. Católica: la UC se sacude de las bajas y sella un triunfo de oro en Quillota
Universidad Católica sacó adelante una noche áspera en el sintético del Lucio Fariña. Lo hizo con oficio, con sufrimiento y también con la valentía de mirar a sus juveniles cuando las bajas golpeaban con fuerza. El 1-0 sobre Limache vale tres puntos y otra bocanada de aire en la lucha por ir a la Libertadores.
La previa estuvo marcada por las ausencias. Daniel Garnero debió reinventar su defensa sin referentes como Branco Ampuero, Eugenio Mena ni Gary Medel. A ello se sumaban los convocados Sub 20, que afinan su preparación para el Mundial. En ese contexto, la sorpresa fue ver en el once titular a Ignacio Pérez y José Ignacio Salas, dos canteranos que afrontaron el desafío de sostener la última línea cruzada.
El arranque en el estadio Lucio Fariña fue parejo. Católica insinuó con control, pero poco a poco cedió protagonismo ante unos limachinos que llegaban con la motivación de escaparse de Unión Española en la tabla. El juego fue intenso, aunque sin claridad en los metros finales. A los 17′, Luis Felipe Maluenda obligó a Vicente Bernedo a una atajada exigida, y a los 25′, un zurdazo de Cristián Cuevas estremeció el travesaño. Limache insistía con balonazos largos hacia Popin Castro.
El quiebre del partido llegó en el inicio del complemento. A los 52′, un centro de Tomás Asta-Buruaga terminó en el área, Fernando Zampedri intentó una chilena y el balón le quedó a Diego Valencia. El ex Salernitana, que había tenido un primer tiempo ingrato frente a Gonzalo Paz, se elevó para conectar de cabeza y batir a Nicolás Peranic. Gol y desahogo cruzado.
La ventaja, sin embargo, no trajo calma. Católica retrocedió líneas y dejó crecer a Limache, que se adueñó de la posesión y buscó el empate con la zurda de César Pinares como faro creativo. Garnero respondió con variantes defensivas, sumando a Dylan Escobar para formar una línea de cinco. El cierre fue un ejercicio de resistencia: los cruzados atrincherados en su campo, aguantando como podían cada intento local.
El pitazo final selló un triunfo sufrido, con matices que dejan tarea para el cuerpo técnico, pero también con certezas. La principal: que cuando las bajas aprietan, la cantera responde. Pérez y Salas debutaron en una zaga remecida y salieron con la frente en alto. En Quillota, Católica ganó más que un partido: gana confianza en su futuro inmediato.