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Armando Segundo Tobar: Un hombre que se enamoró de la Franja

Armando Tobar Vargas comenzó a jugar fútbol en el sector Santa Inés de su natal Viña del Mar. Cuando niño jamás imaginó que en el futuro su vida estaría ligada a Universidad Católica, el club al que defendió por siete años. Sin embargo, cuando se calzó la Franja se dio cuenta que estaba hecho para portarla. Aquí la historia de uno que también fue de los héroes del Mundial de 1962 con la Roja.

De Ambrosoli a Wanderers

La leyenda cuenta que cuando Armando Tobar no tenía zapatos para jugar fútbol, su jefe le dio dinero para que se compre unos. Todos sabían que el joven que se ganaba las monedas envolviendo caramelos en la fábrica de Ambrosoli tenía condiciones para jugar con la pelota. Tenía 16 años y les pintaba la cara a todos cuando se calzaba la casaca del Cruz Verde, club amateur del sector Santa Inés de Viña. Ese talento innato lo vio el histórico entrenador de Santiago Wanderers, José Pérez, quien decidió llevar al chico a Playa Ancha.

Entre 1956 y 1961, Tobar defendió casaca del elenco porteño. Allí hizo historia consiguiendo un título de Primera División y dos Copa Chile. Debutó con 17 años y marcó en su primer partido. Sus grandes campañas hicieron que de la capital sonara el teléfono y partiera a Universidad Católica.

Destinado a la Franja

Según los relatos, las características del delantero eran la velocidad y su gran cabezazo. Un jugador hábil. Técnico, pero que también se ponía el overol. En la UC no tardó en agarrar camiseta. Según dicen los relatos, uno de los grandes motivos de que se convenciera de pasar a la Franja fue su amistad con Alberto Foullioux. Ambos habían coincidido en la Selección en el proceso de preparación al Mundial de 1962.

En Universidad Católica se mantuvo por ocho años. Tiempo en el que desarrolló su pasión por la institución. Más allá de ser formado en Valparaíso, Tobar le heredó a su familia una pasión especial por la Franja. «En Católica aprendió a ser persona», contó en alguna oportunidad su hijo Fernando, en referencia al crecimiento que tuvo su padre al arribar a la UC. En la cancha, fue campeón del Campeonato Nacional de 1966.

Mundialista

Tobar marcó una época. Con la Roja fue parte del tercer lugar de Chile 62. En esa instancia jugó cuatro partidos. Los dirigidos por Fernando Riera, uno de sus mentores futbolísticos y de quien años más tarde sería ayudante técnico, escalaron al podio con duelos históricos, como la victoria frente a la Unión Soviética y el triunfo ante Yugoslavia. En ambos con el ariete cruzado en el campo de juego.