Entrevista Ormeño

Jorge Ormeño llegó a Universidad Católica desde Santiago Wanderers a mediados de 2004, se mantuvo por ocho años en el […]

Jorge Ormeño llegó a Universidad Católica desde Santiago Wanderers a mediados de 2004, se mantuvo por ocho años en el club y alcanzó a jugar más de 300 partidos con la franja. Ganó tres títulos y dejó una gran marca en el equipo. El Patrón recuerda sus inicios y su paso por el club.

Inicios en Wanderers

Como en muchos casos, el comienzo fue difícil. Decidir entre los estudios o el fútbol es una disyuntiva por la que muchos jugadores deben pasar. Para Jorge, en ese sentido, siempre es necesaria la figura de un mentor. “Todos necesitan una mano en algún momento de la vida. Yo tenía mucha incertidumbre sobre mi futuro. Por suerte para mi llegó el profe (Jorge) Garcés que me tenía considerado en un proyecto a largo plazo”, detalla. 

Sus labores: El 6 de la UC

Jorge Ormeño recuerda muy bien sus años en San Carlos, asegura que su rol en el equipo fue siempre ligado a labores defensivas, a diferencia de cuando jugaba en los caturros, donde a veces se soltaba para ir al ataque. “Recuerdo que a Figueroa le gustaba jugar con línea de tres y exponía a la defensa, entonces yo como volante defensivo debía hacer la cobertura para que no nos pillaran mal parados”.

Sobre ese mismo equipo, el de 2009, describe que fue lo que faltó para ganar algo, ya que, pese a las buenas campañas, el título tuvo que esperar. “Durante ese año la mayoría de los partidos ganamos. Pero recuerdo que en la semifinal ante Unión Española nos vimos mal, finalmente perdimos por penales. Si hubiésemos sido un poco menos osados, esa llave la ganábamos”, aseveró.

Afirma además, que de haber tenido la localía en San Carlos desde antes, la historia hoy sería muy diferente. “Lamentamos mucho la final ante Colo-Colo, pero es algo que no se repetiría hoy, porque se jugaría en el estadio. Con la U pasó lo mismo. Desde que se juega de local, los partidos ganados son más”.

Pero llegó la alegría: El título de 2010

Sin embargo, todo recuerdo amargo de aquel 2009 quedó hecho polvo al año siguiente, cuando Universidad Católica bajó la décima estrella en un recordado torneo largo. “Todo fue por un proceso bastante bueno. Ya el 2009 jugábamos muy bien. El 2010 se retoma con Pizzi, pero con un plantel armado por el Fantasma. Se termina con el título debido a una base de trabajo definida”, recuerda el Patrón.

De la gloria al dolor: 2011

Los malos recuerdos aparecen al recordar aquel partido. Hoy, nueve años después, Ormeño reflexiona: “Había un desgaste emocional y físico. Hicimos una Libertadores destacada y un gran torneo, pero los tiempos se acotan y llegamos a la final físicamente mermados”, afirma.

El nacido en Viña del Mar no tiene reparos en decir que “en mi caso tenía ya 34 años, jugar una final un miércoles y luego un sábado era muy complicado”. Incluso, asegura que estaba dispuesto a ceder su lugar en el once a alguien más joven, pero que finalmente el cuerpo técnico optó por la experiencia. “Después de la final de ida le dije al ayudante que yo no tenía problemas con que juegue otro en mi lugar, se necesitaban piernas frescas”.

Panorama internacional: Como competir afuera

El formado en Wanderers fue participe de dos de las mejores campañas a nivel internacional del club, la Sudamericana 2005 y la Libertadores 2011. Sobre la participación en esos torneos asegura que “tuvimos la fortuna de estar en procesos largos. El 2005 veníamos trabajando desde hace un año y eso logró que pudiéramos competir de igual a igual. Mientras que el 2011 teníamos la base del campeonato anterior, eso, sumado al buen trabajo en juveniles, nos ayudó bastante”.

Hoy en día el club, como el fútbol chileno en general, está al debe con la participación en el extranjero. Jorge es honesto al decir que económicamente es imposible dar lucha, pero afirma que la inversión debe ir en otros lados. “Hay que ser inteligente y armar proyectos de años. Es imposible invertir en refuerzos de categoría, entonces se debe trabajar el colectivo con un mecanismo claro, que logre pararte ante rivales con mayor presupuesto”.

En su puesto: Ignacio Saavedra

1Ante la consulta sobre si se refleja en algún jugador actual del club, Jorge Ormeño asegura que no ve siempre los partidos, pero que “el chico Saavedra juega bastante bien. Piensa parecido a mi dentro de la cancha. Es ordenado, sale jugando y tiene visión. Es el equilibrio de Católica. Hace jugar al resto, no se va por el beneficio propio”.

Incluso va más allá, y asegura que para sus compañeros, este tipo de jugador es el más importante. “Se enfoca en su rol. Les da soltura a sus compañeros para atacar con tranquilidad. Esto último beneficia a Aued, entonces, sobre todo para los centrales, es incluso más importante (que Luciano)”. Asegura don Jorge Ormeño, llenando de elogios al jugador de 21 años.

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